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Canelo Álvarez se presentó en el fin de semana de la Independencia de México en Las Vegas y cumplió sin problemas, tal como en otras noches.
Como si fuera un concierto de Peso Pluma o Alejandro Fernández, o un espectáculo de magia sin precedentes, el jalisciense volvió a salir con la mano en alto, brindándole una gran noche a los aficionados mexicanos que viajaron a la Ciudad del Entretenimiento para eso, para divertirse y gozar de su amor patrio, viviendo un deporte que apasiona a muchos.
Edgar Berlanga, de 27 años, tuvo valentía y corazón, pero simplemente no le alcanzó y solamente ganó dos asaltos en los ojos de dos jueces. Otro, fue más generoso y le dio tres. Algunos podrían argumentar que no ganó un solo asalto y no estarían lejos de la realidad. Al final de cuentas, Berlanga se topó con un maestro, al que él mismo le llamó “su ídolo” después del combate.
Canelo superó a su rival ampliamente con efectividad de 43.3% de sus golpes al cuerpo, además de 35.3% de jabs conectados y 49.1% de sus proyectiles de poder encontrando el blanco, en su camino para embolsarse por lo menos $30 millones de dólares la noche del sábado.
“Fue como un día en la oficina para mí. Me encanta lo que hago, me encanta estar ahí, y darle a los aficionados lo que quieren”, declaró Canelo tras el combate.
En mayo pasado, Canelo había demolido a Jaime Munguía, un hombre que también mostró profunda admiración hacia él y le agradeció en todo momento la “oportunidad de enfrentarlo”. El sábado, Berlanga, quien insultó al monarca supermediano durante la gira promocional, al escuchar la campanada, se abalanzó sobre Canelo y le pidió disculpas por todo lo que había dicho, en otra obra mágica del jalisciense en la que transforma a sus rivales más odiados en colegas humildes y agradecidos.
“Gracias por esta oportunidad, ya hiciste mucho dinero, muchos sponsors”, le dijo Berlanga a Canelo al final de la contienda. “Tú cambiaste mi vida, gracias”.
En mayo pasado, de acuerdo a Dan Rafael, el pugilista mexicano de 37 años cosechó $35 millones al vencer fácilmente a Munguía.
Además de tener su propia promotora de boxeo, bienes raíces, gasolineras, tiendas, línea de ropa, suplementos deportivos y otros negocios más, para Canelo, las fechas de mayo y septiembre se han convertido en un negocio sumamente redondo a través de los años. Precisamente, Erislandy Lara con el que peleó en el verano de 2014 por $1.5 millones estuvo en la función del sábado, lo que da una perspectiva de cómo el mexicano ha estado cosechando millones en Las Vegas a lo largo de los años.
Hay que aclarar que a Canelo no le han regalado nada. Álvarez es de orígenes humildes y se forjó en el gimnasio a base de disciplina y talento. Ha elegido rodearse de las personas correctas en los Reynoso y ha cosechado caídas en los momentos precisos. Álvarez sufrió en septiembre de 2013 una derrota que fue probablemente lo mejor que le pudo haber pasado al mexicano: Floyd Mayweather Jr., un maestro del pugilismo y del negocio del boxeo, le enseñó cómo dominar dentro del ring, pero afuera también.
En ese entonces, Mayweather Jr. era el dueño de Las Vegas, con una contrato de más de $200 millones con Showtime, que precisamente no fue ante los rivales más fuertes, pues incluyeron a Robert Guerrero y Andre Berto. En septiembre de 2013, Mayweather Jr. superó a un muy verde Canelo, pero terminó heredándole las fechas y el reinado del Pago por Evento, lo que más importa en el boxeo.
Hoy en día, Álvarez domina el negocio del puglismo a su antojo. Después de enfrentarse a varios campeones en los últimos 10 años, Álvarez ha comprobado su valor dentro del ring, pero también en el Pago por Evento y en la taquilla.
¿Por qué Canelo arriesgaría millones garantizados en Las Vegas ante rivales que él puede escoger y buscar un duelo ante David Benavídez o Dmitry Bivol que representaría un peligro para el final de sus espectáculos boxísticos?
La gente sigue comprando sus peleas, los aficionados siguen abarrotando las taquillas del T-Mobile Arena. Él sigue ganando. Su meta, lo dijo en una entrevista el año pasado en Forbes, era ganar mil millones de dólares en el boxeo.
Este fin de semana, por toda el área de la arena se vendía y promovía la bebida alcohólica del Canelo, para aún confirmar más el dominio de mercado que tiene el mexicano en Las Vegas.
“Yo me quedó con el 80% de todo, pero pongo todo en riesgo porque sé que genero mucho dinero, por eso tomo el 80% de todas las ganancias, de todo, si tú tomas un refresco en la Arena, ese dinero es para mí”, dijo Álvarez en una entrevista en agosto pasado.
Canelo elige a sus rivales. Lo dice con claridad y sin pedir disculpas. El hombre de negocios le vende un show a los fans, los cuales salen contentos por el resultado en una fecha histórica, llena de simbolismo. Los dólares siguen llegando y Las Vegas continúa sonriendo. Los rivales dan las gracias por cambiar sus carreras y sus vidas.
¿Qué pasará con un duelo ante Benavídez o Bivol? ¿Peleará en Inglaterra o Japón?
El negocio es muy redondo para interrumpirlo por ahora.
“Si me pagan lo que quiero para ir a otros lugares, voy, sino no tengo necesidad de ir a pelear a otros lugares. Estoy muy bien aquí, peleando aquí, en mi segunda casa”, dijo la noche del sábado el hombre más lucrativo en el boxeo.